la salvación”. En este mismo momento hay algunos en camino hacia el Cielo de los que la Iglesia y el mundo no saben nada. Florecen en lugares secretos “como el lirio entre los espinos” (Cantares 2:2), y parecen “malgastar su dulzura en el aire del desierto”. Pero Cristo los ama, y ellos aman a Cristo. Estos versículos nos muestran, en segundo lugar, que no son siempre los que tienen los mayores privilegios religiosos quienes le dan más honor a Cristo. Podríamos haber pensado que los escribas y los
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